Ya estaban presentes, pero los webinars parecen haber explotado en los últimos tiempos. Especialmente a raíz del periodo de confinamiento, estas modalidades de formación online en formato audiovisual han dado un salto importante. Aprovechando un periodo en el que la gente tenía tiempo para empezar formaciones y que estaba ávida por nuevas actividades y cosas que hacer, el formato del webinar ha encontrado un terreno fértil en el que desarrollarse y alcanzar públicos cada vez más amplios. Pero lo más relevante de todo es que, aunque los contenidos de los webinars, ya de por sí, ofrecen un contenido de interés con el potencial de conectar con la audiencia, se trata además de una puerta de entrada, de un acceso camuflado a un mundo de posibilidades (tanto de formación como comerciales) mucho más amplio. Si buscamos captar nuevos adeptos, profundizar en las relaciones con clientes y prospectos, y hacerlo de una forma asequible y práctica, no pasemos por alto esta opción.

¿Qué es esto de un webinar?

Se trata de un concepto nuevo, con el que probablemente muchos aún no estén familiarizados del todo (aunque sin duda a la mayoría ya les suene). Como su nombre señala, se trata de un contenido formativo, didáctico o educativo —el concepto proviene del término seminar o seminario—, pero que se traslada a la red. Se caracteriza porque su primera emisión es en vivo, aunque luego pueda grabarse y reproducirse más adelante. De esta forma se logra crear una cierta expectativa y anticipación, ya que el directo siempre tiene su atractivo, especialmente si hablamos de cuestiones formativas en las que el intercambio o la interacción puede suponer una fuente adicional y muy importante de conocimiento y aprendizaje. Los webinar suelen ofrecerse en formato de talleres, aunque también son típicas las conferencias o, incluso, los cursos

Los webinar: un contenido al alcance de todos

Ese es uno de los principales atributos de los webinar: que están pensado (en la mayoría de los casos) como conferencias abiertas a las que puede acceder cualquier persona que haya mostrado su voluntad de participar sin distinciones o limitaciones de ningún tipo. De hecho, normalmente son gratuitas. Además, desde el punto de vista de la organización, se trata de un medio de difusión cada vez más democrático, y es que herramientas como Google Hangouts, o Go To Webinar facilitan en gran medida la generación y el acceso a estos formatos. De esto también se están empezando a aprovechar las marcas, que han visto en este tipo de contenido un filón para atraer a nuevos públicos y conectar o ampliar los vínculos con sus audiencias. 

¿Cómo organizar un buen webinar?

Lo primero que debemos hacer antes de lanzarnos a elaborar un webinar es pararnos a reflexionar sobre lo que queremos conseguir con él. Para ello habrá que responder a preguntas como el público al que nos dirigimos (clientes, clientes potenciales, audiencia interesada…), los propósitos detrás de nuestra estrategia (atraer nuevos clientes, fidelizar, mostrarnos como una autoridad en una determinada materia, conseguir contactos…) o la manera de enfocar el webinar en sí. Una vez tengamos esto claro, llega el momento de elegir el tema a tratar. Debemos ser cuidadosos y elegir uno que interese a nuestro público objetivo, y a la vez uno en el que podamos aportar un valor. Y luego está la hora de la verdad, el cómo encaramos el contenido y cómo hacemos que este llegue al público de forma relevante y apropiada. Cuestiones como el enfoque (el balance entre humor, información y entretenimiento), la duración, o el contenido adicional/complementario determinarán el éxito o el fracaso de nuestro intento.

Debemos recordar, además, como pautas básicas, la importancia de la interacción con los usuarios, por lo que dejar un tiempo de preguntas y respuestas u otros espacios de intercambio de este tipo es crucial. También, destacar la importancia de la parte visual de la conferencia. Aunque el texto es importante, un exceso del mismo puede aburrir y desconectar a la audiencia. El reto está en contar las cosas de manera precisa pero a la vez de forma original y entretenida. Para ello, las imágenes, los sonidos y la música y el vídeo son grandes aliados. A esto hay que sumarle el enfocarse en los puntos claves de las lecciones sin querer abarcar demasiado contenido.

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